Sabor a Vida

A veces me pierdo en mis laberintos internos y es entonces cuando se me nublan mis sentidos. Me hundo en la tentación de un cúmulo de interrogaciones que desfilan por mi mente y mis tripas. Camino con el corazón agazapado sabiendome presa de mi misma y me empeño en no recordar donde guardo la llave que abre la puerta a mi nueva libertad.
Rezagada y maltrecha quedó mi intuición en alguno de los recovecos de  viejas creencias y así, mientras atravieso el espeso bosque, sin darme cuenta de la vida que ocurre a mi paso, en un momento preciso y mágico algo me sacude y me invita a despertar.
Mis ojos, más limpios ahora pueden ver el camino, siento la tierra bajo mis pies, el olor a Vida me penetra y una dulce voz me llama desde adentro y ahora si la escucho.
 Un rio de lágrimas recorre mis mejillas cansadas y doloridas como el resto de mi cuerpo, pero ya no importa, confio, confio en esa voz que siempre ha estado ahí y un grito de alegria resuena en mi ahora mente serena !Estoy Viva ! Soy ! Gracias..!
Ahora veo esa luz que me ha estado mostrando siempre el camino y en el claro del bosque, cierro los ojos, me siento a mi misma y saboreo la Vida con alegría.

       Elena San Martín